Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de mejorar la eficiencia energética de los edificios de Zaragoza es la implantación de energías renovables que permitan ahorrar energía. Estas instalaciones pueden ayudarnos a conseguir la mayor eficiencia, el menor consumo y una reducción de emisiones, todo son ventajas.

La viabilidad de la implantación de las energías renovables en los edificios, siempre depende de diversos factores climáticos, como por ejemplo las horas de sol, la velocidad y dirección del viento, la ubicación del edificio, su uso y mantenimiento…etc. Antes de implantarlas es muy importante valorar y estudiar todos estos aspectos.

La energía solar es una de las energías renovables más extendidas para uso en edificaciones. Concretamente la energía solar térmica se suele aplicar para la producción de agua caliente sanitaria, tanto para uso doméstico, industrial, calentamiento de piscinas, calefacción a baja temperatura o suelo radiante entre otros.

Una instalación solar térmica para una vivienda unifamiliar o un edificio, que son sus usos principales, cuenta con diversos componentes, que son el captador, el acumulador, la caldera de apoyo, la estación solar y el punto de consumo. Su funcionamiento se basa en aprovechar la energía del sol para calentar el agua que circula por el interior del captador. De allí pasa a un depósito donde posteriormente se aprovechará desde la instalación interior.

Las instalaciones solares térmicas tienen la ventaja de funcionar con energía renovable, que es inagotable y limpia. Además estas instalaciones presentan un alto rendimiento, ya que se dispone de numerosas horas de radiación solar al año en España. Utilizando estas instalaciones se reducen mucho las emisiones, otro aspecto muy importante en la actualidad.

Estas instalaciones, si se diseñan de manera correcta, tienen una vida útil muy larga, su funcionamiento será correcto durante mucho tiempo. Además su coste no es muy elevado, por lo que se amortizará de manera rápida. La única desventaja es que al ser el sol una fuente de energía variable, su rendimiento puede variar.

Hay que tener en cuenta que para que estas instalaciones funcionen bien hay que hacerles un mantenimiento continuo, para ello lo mejor es contar con un profesional del sector de las energías renovables y la eficiencia energética de Zaragoza. Una instalación solar térmica bien ejecutada y con un correcto mantenimiento tiene que durar por lo menos 20 años. Aunque la inversión inicial sea más elevada, se amortiza en muy poco tiempo, entre 5 y 10 años bastarán.