Se acercan los meses de invierno y esto significa que llega el frío y que hay que encender la calefacción de nuestro hogar. Depende del frío que haga, del tipo de vivienda y de las personas que la habitan, pero la calefacción supone un incremento importante en las facturas. Según la OCU la calefacción representa el 47% de la factura energética. Si no pagas una tarifa fija, existen muchos trucos y consejos para ahorrar en calefacción que te permitirán reducir la factura entre un 10 y un 40%. Lo más interesante de todo es que hay muchos frentes en los que actuar, y en muchos casos ni siquiera hay que invertir dinero extra. Basta un cambio de hábitos, y algunos trucos y consejos para maximizar el calor generado por la caldera y ser más eficientes energéticamente.

Comenzaremos repasando algunos aspectos relacionados con la instalación de la calefacción. En teoría hay poco que se puede hacer al respecto, pues si tienes instalada una caldera o un sistema de distribución de calor eso no lo vas a cambiar. Antes de comenzar la temporada invernal conviene hacer una revisión de la caldera por un profesional que optimizará su uso y la configurará para obtener el máximo rendimiento lo que significa que ahorras en consumo. Si la caldera es muy antigua, debes plantearte su renovación. Si usas radiadores, es muy importante purgarlos. Durante los meses de inactividad del verano los conductos de los radiadores se llenan de aire. Y la caldera gastará más al consumir más combustible para llegar a la temperatura exigida por el termostato.

También viene bien asegurarse de que los radiadores no están tapados por muebles. Es una buena idea colocar paneles reflectantes entre la pared y el radiador. Harán que el calor rebote hacia la habitación, en lugar de absorberlo la propia pared. En invierno, mucha gente acostumbra a colocar la ropa recién lavada sobre los radiadores, para que se seque más rápido. Es una mala práctica porque no permite circular el aire caliente. Cuando enciendes la calefacción la casa se calienta porque el aire frío entra en contacto con los radiadores y se calienta, subiendo hacia arriba. Esto genera una corriente de aire caliente que se mueve por toda la casa. Si pones ropa sobre los radiadores cortarás este flujo de aire.

El consumo de calefacción es el resultado de la lucha entre el calor suministrado por la caldera y el frío del exterior. Esta batalla tiene lugar en el interior de nuestra vivienda. Podemos influir en ella si acondicionamos la casa para aislarla lo máximo posible del exterior, y al mismo tiempo impedimos que el calor se escape. Los cristales sí se pueden sustituir por otros aislantes o de doble cristal que aíslen del frío, pero es una inversión económica importante. Aunque a largo plazo merece la pena por el dinero que ahorrarás en calefacción. Se estima que el 25% del calor se pierde a través de los cristales. Además, durante el día si hace sol conviene subir las persianas, porque la luz calienta los cristales, y con ello la casa.