Y es que unas buenas ventanas dan aislamiento térmico y acústico que nos proporcionan confort en la vivienda y tienen un impacto alto en el ahorro familiar, ya que evitan una carga mensual en el pago de facturas energéticas. Además es importante que las ventanas proporcionen luz, ventilación y visión también para que nos sean de la máxima utilidad posible. Según el último informe de IDEA, Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía, el reparto de consumo de energía final en el sector doméstico está encabezado por la calefacción donde se va el 47 por ciento, seguido del agua caliente sanitaria con un 19 por ciento, los electrodomésticos con un 22 por ciento, la iluminación un 4 por ciento y el aire acondicionado un 1 por ciento.

Este es el principal motivo por el que si la vivienda cuenta con un buen aislamiento habrá un menor gasto energético, amortizando el sobrecoste en un breve plazo de tiempo. La adquisición de una vivienda es el mayor esfuerzo económico que afrontan las personas a lo largo de su vida y las ventanas de aluminio con rotura de puente térmico y con un buen vidrio son la mejor opción para conseguir un ahorro energético constante y duradero a lo largo de toda la vida útil del edificio. En los últimos tiempos, el ahorro y la eficiencia energética en los edificios ha evolucionado mucho.

Ahora que tanto el ahorro como la eficiencia energética en los edificios son tan importantes, el aluminio ha ido adquiriendo una gran importancia en las distintas actuaciones dirigidas a lograr el cumplimiento de los objetivos marcados por la Directiva Europea de Eficiencia Energética. Uno de los elementos más importantes de la envolvente del edificio es el hueco de la ventana, por lo que hay que poner especial atención a escoger una buena carpintería de aluminio junto con un vidrio de calidad para aislar perfectamente el hueco.

A modo de resumen, En España existen 25’2 millones de viviendas, de las cuales el 21 por ciento tienen más de 50 años y el 55 por ciento suponen un tercio de la energía total consumida en nuestro país, ya que tienen una antigüedad superior a 1980, cuando no había requisitos para el ahorro energético. Además, el 47 por ciento del gasto energético de una vivienda se debe a calefacción y aire acondicionado y la pérdida de energía a través de los cerramientos está entre el 13 y el 25 por ciento del total de la energía que se pierde. En este sentido, unos cerramientos eficientes energéticamente mantienen la vivienda más cálida en invierno y más fresca en verano.