Apenas el 1 por ciento de las viviendas en España presenta la máxima calificación A en su certificado energético, mientras que solo el 16 por ciento obtiene una calificación entre A y D. Así se ha comprobado en un estudio realizado por una inmobiliaria, que asegura que los edificios españoles disponen de un margen de mejora de hasta el 50 por ciento. El pasado 1 de junio se cumplieron tres años desde la obligatoriedad de que en todos los procesos de compraventa y alquiler de viviendas y edificios se emitiese un certificado de eficiencia energética, en el que se evalúa el nivel de excelencia del comportamiento energético de la vivienda en función de siete niveles comprendidos entre la A y la G.

La inmobiliaria ha advertido que hasta el 42 por ciento de las casas de nueva construcción presenta un certificado de la categoría E o inferior. Y es que nuestro país debe ser más ambicioso en la adecuación de los hogares a los estándares de eficiencia energética. De esta manera, el correcto acondicionamiento de una vivienda con un certificado de eficiencia energética de categoría A producirá un ahorro de hasta el 90 por ciento de la energía consumida respecto a una catalogada con el nivel G, mientras que una de clase B gastará un 75 por ciento menos y una de clase C un 35 por ciento menos.

Sin embargo, uno de cada dos españoles desconoce la existencia del certificado energético y el 65 por ciento de los que lo conocen no lo tendría en cuenta a la hora de comprar una vivienda. Para fomentar la concienciación de la ciudadanía, el Gobierno ha propuesto descuentos de hasta un 20 por ciento en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles dependiendo de su grado de eficiencia energética de los edificios. Además, publicitar la venta o alquiler de un piso sin el certificado energético correspondiente supone una multa para el vendedor o el arrendatario de hasta 600 euros.

Al igual que falsear la información o actuar como agente certificador sin contar con la titulación se castiga hasta con 6.000 euros. Un problema al que se enfrentan los 25 millones de viviendas españolas en relación con la eficiencia energética es su antigüedad, que incrementa significativamente la inadaptación de los hogares a los requisitos energéticos. En este sentido, el 25 por ciento de las viviendas tiene más de 50 años y el 58 por ciento de los edificios españoles se ha construido sin ningún criterio de eficiencia. De hecho, el 90 por ciento de las viviendas es anterior a la aplicación del Código Técnico de la Edificación del año 2006.